Una candidatura justa
Con un gran apoyo institucional y, sobre todo, de la sociedad civil -más de 80.000 ciudadan@s respaldan la propuesta desde las redes sociales de internet-, la candidatura de la Fundación Vicente Ferrer al Premio Nobel de la Paz se presentó ayer en Oslo. La iniciativa, impuslada por una plataforma ciudadana independiente, pretende que se reconozca el modelo de Ferrer para combatir la pobreza, las desigualdades sociales, el fanatismo religioso o las decisiones políticas que someten el bien común a intereses particulares. En definitiva, un modelo de trabajo desde la solidaridad que demuestra que construir un mundo más justo es posible. Seguir leyendo
Ascó
Un alcalde no tiene disciplina más importante que la de su propio pueblo, al que sirve y representa.
El tema de Ascó invita a unas reflexiones. Primera: un gobierno que se manifiesta contrario a la energía nuclear, que quiere cerrar todas las centrales nucleares, que denuncia demagógicamente todo tipo de riesgos y peligros asociados a esta fuente de energía, no debería extrañarse de que la ubicación de un cementerio nuclear provoque alarmas y polémicas. Quien siembra vientos, recoge tempestades.
La demagogia no admite parcelas. Si se ha sido demagogo con las centrales nucleares, no se puede pretender dejarlo de ser con los cementerios nucleares. Y se ha sido demagogo, frívolo y poco responsable. Se ha querido iluminar el mundo con el ejemplo de una política populista y lo que se ha logrado es arriesgar quedarnos sin luz. Seguir leyendo
Contra las cuerdas
La conselleria está contra las cuerdas y, como los boxeadores en estado grogui, da puñetazos al aire.
La capacidad de la Conselleria d’Interior de sumar errores es impresionante. Por muy altas que fueran las expectativas, la habilidad de Joan Saura por meter la gamba en la bañera las supera todas. Ya no se trata del principio que Laurence J. Peter plasmó en su peculiar libro The Peter principle, según el cual, en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia. Se trata más bien de hacer homenaje a Los Luthiers llevando a la práctica una de sus felices máximas: «No soy un completo inútil. Por lo menos sirvo de mal ejemplo». O puede que no. Puede que estemos ante un conseller brillante, cuya capacidad política resulta un galimatías para la mayoría de los mortales. Seguir leyendo