El malestar encuentra un puerto de acogida
Antoni Puigverd en La Vanguardia
CiU se ha convertido en el refugio del soberanismo que piensa con la cabeza y de independentistas lúcidos
Todas las noches electorales son de montaña rusa y en los primeros momentos del escrutinio real, una nueva forma de malestar, alejada del pleito identitario, parecía haber dejado un mensaje racista en las urnas catalanas. Por fortuna, a medida que el escrutinio avanzó, los votos del miedo y el odio desaparecieron, no sin antes dejar en el aire unas profundas notas de inquietud. La crisis económica está minando las seguridades y las esperanzas de la gente: no se puede descartar una próxima explosión irracional del malestar que ayer todavía se expresó por caminos más o menos convencionales. De todas maneras, surgiendo de las profundidades de la herida del Estatut, una facción del independentismo ha expresado su malestar transformándose en irredento y apostando por un laportismo del morro fort. Y, en el otro extremo, catalanes que antes votaban a partidos obreros han expresado su malestar siguiendo la estela de Sánchez-Camacho, que ha convertido los comicios catalanes en el laboratorio de las nuevas prácticas del PP. Sigue leyendo
Socialistas en su laberinto
Antoni Puigverd en La Vanguardia
El aspecto más relevante de la encuesta del CIS, publicitada ayer, es el naufragio general de la clase política. Un suspenso contundente, que comentaré, si les parece bien, en una próxima columna. El otro dato, el hundimiento del PSOE, siendo impactante, se daba por descontado. Aparentemente, Zapatero ha sido cazado por la crisis. Así se consuelan sus palmeros. Como las naves de Felipe II ante las costas británicas, Zapatero sería víctima de los elementos. Nada más lejos de la realidad. Zapatero se desangra víctima de su propia política. Una política fundada en la táctica miope, pero ventajista, con la que pretendía enfrentarse a un desafío de carácter estructural.
Este era en síntesis el desafío. De la misma manera que en Catalunya lo que Gramsci llamaba “hegemonía moral” está en manos del catalanismo (fragmentado en diversas corrientes que se disputan la autenticidad y demonizan a los tibios), en el resto de España tal hegemonía está en manos del españolismo. Un españolismo que encarna el PP, pero que se recalienta hasta provocar constantes tempestades de fuego solar debido a la insomne competición de los cuatro grupos mediáticos madrileños. El PSOE de Zapatero no forma parte de ninguna de estas dos corrientes sentimentales (el de Bono, de haber conseguido el liderazgo, seguramente sí). Sigue leyendo
La limosna de Espriu.
La España de Espriu no cristaliza: diversas son las lenguas y diversos los hombres, sí, pero no se aman.
Jordi Pujol no descansa. Acaba de publicar (con el apoyo de Manuel Cuyàs) Temps de construir. Y escribe en el boletín de su fundación unos jugosos editoriales. Los brillantes compañeros Álvaro y Juliana ya han comentado el que más tinta reflexiva ha suscitado: El fracaso de Espriu. La Sepharad que imaginó el poeta no ha tenido lugar, dice Pujol.
La España de los puentes del diálogo, la que comprende y ama “les raons i les parles diverses del seus fills”, no existe. Sigue leyendo