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La estupidez y la esperanza

César Hildebrandt en Pensamiento libre y crítico

«El conservadurismo mundial sólo se puede mantener desde la estupidez»


¿De dónde viene tanta estupidez? ¿Qué fábrica trabaja día y noche haciéndola? Me imagino corporaciones cenicientas planeando estupideces, creándolas, mercadeándolas, adivinando qué nuevos apetitos aparecerán, cuáles serán los mercados emergentes.

¿Ha sido siempre así?

Supongo que no. Una cosa es la ignorancia en la que Europa se sumergió durante buena parte de la edad media y otra cosa es la contenta estupidez contemporánea. La ignorancia permite la inteligencia y, muchas veces, un gran talento marcha en paralelo con la más extrema delgadez cultural. La estupidez, en cambio, es exigente y totalitaria y exige la servidumbre del sujeto, la entrega completa a sus designios, la obediencia ciega a sus mandatos.

Quizá lo novedoso -y sombrío- de este siglo es que la estupidez se ha hecho mérito y virtud. Por eso es que los estúpidos están orgullosos de serlo. Y que muchísimos de ellos son recompensados precisamente por ser estúpidos. Y que la estupidez empieza a ser, en muchos rubros, un canon, una norma, casi un requisito. O sea que ser estúpido rinde. Seguir leyendo

noviembre 1, 2010 Posted by | César Hildebrandt | , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario